"El tiempo que implacable voló/ se ha llevado mi juventud,/ con recuerdos de personas extrañas como yo/ y gente inolvidable como tú"
Se van mis llantos siendo un bebé,
mi juventud y ya nada es lo que fue,
se van imágenes, nombres, emociones.
Sueños que creí que no olvidaría,
la razón especial para recordar un día,
la magia que provocaban mis ilusiones.
Se va el recuerdo de un gran abrazo,
las consecuencias de algún mal paso,
las canciones que en otro tiempo me sabía.
Un apartamento donde tantos años viví,
tantas cartas de amor que escribí,
tanta realidad que ahora parece fantasía.
Queda la resignación de saber que no la veré,
que si vive o ha muerto tampoco lo sabré,
porque la distancia y el tiempo son precipicios.
Sin tener siquiera algo por ella escrito,
por buscarla mirar de repente al infinito
y no encontrar en lo absoluto indicios.
Se van las luces del ayer, las sombras,
el sonido del eco cuando me nombras
ya no es ni siquiera un zumbido...
Se va tu magia, tu hechizo, tu color,
tantas palabras vestidas de amor
vistiéndose ahora de olvido.
Se van sonrisas que no vuelven a encontrarse,
tantas personas que debieron quedarse
y tantos hechos que marcaron nuestra historia.
El tiempo se me parece de repente
a un pintor incesante que inclemente
va pintando de blanco mi memoria.