IRREALIDAD.
He pasado de tí
Como la sombra
Que recorre fugaz a la vereda
Que apenas toca, leve, evanescente,
El hormigón caliente de la siesta.
Te he dejado
El perfume tan frágil
De el recuerdo atado a la ventana.
De un par de versos algo desvelados
Por persistentes e importunos besos,
Visitas que mi boca enumeraba.
He pasado de tí
Sin darme cuenta...
Como el relente que deja la tarde
A la orilla del mar, si lo supieras...
Como un suspiro frío en la mejilla,
Una ingrávida lágrima que asoma
Casi sin que se advierta...
Verás,
Con qué sabor a olvido
Cae la tarde
Después de aquella fiesta de latidos
Y de tantos acuerdos celebrados
Después de los abrazos promitentes
Y el tiempo entre las manos.
Así...
Tan silenciosamente
Sin palabras dolientes ni ruegos insistentes
He pasado de tí...
Tan quietamente.
Después habrán de venir las tardes lentas...y la vida cumpliéndose con su cortejo de gente que nace, muere y ríe, pasea bajo el sol y bebe su cerveza y café en la mañana. Después volverán las paredes a pintarse de arte callejera, de grafitis y consignas y nombres extraños y rostros burdamente marcados. Y habrá de venir el reconocimiento de mí misma...ese asombro de escuchar mis idénticos pasos en idénticas aceras y sentir que la vida me circunda como un mandato, mientras abro la puerta de mi casa. Y regreso.
Verónica.