Si me dan a elegir:
pecado o el paraiso.
¡Bienvenido sea el destierro!
Y conocer el placer de tu cuerpo.
Tu cuerpo fuerte, esbelto
Suave y frágil el mio.
Jugando nos exploramos
nos conocemos y divertimos.
Ya uno dentro del otro
experimentamos el deseo.
nuestros cuerpos explotan
entre caricias y besos.
Es tanta la ansiedad
por conocer el placer
que entre grito y gemido
siento que vuelvo a nacer.
No me arrepiento de morder
aquel fruto prohibido.
Pues el verdadero paraiso
es hacer el amor contigo.