Desperté en el paraíso,
cuando tu cuerpo
sutilmente me mecía.
éramos nido acurrucado
en el árbol de la vida.
Fruta madura de mi manjar
comías, saciando tu hambre
de amor en mis ramas
mecidas con sutileza.
Abrazamos la grandeza
de tener la fuerza
de vivir para amarnos
como vino bebernos
en copas de amor.
Abrazando besos
en el paraíso
que nos hizo a los dos
despertar desnudos
solo para amarnos
en nido de amor
que es nuestro paraiso terrenal.
…A mí siempre amor a mi amor de siempre…
Alicia Pérez Hernández
-No es la pluma la que escribe es el alma-