Aun dormido, las horas ya han sido escritas,
horas marcadas por un reloj pesimista
de que algo nuevo ocurrirá.
Te despiertas y saludas al aburrimiento
vano y machista, se ríe y te ubica
en otra mañana abatida.
Fatal, fatídico son tus pensamientos
de aguas frías, de desilusión
trás las cortinas de tu hogar.
La hipocresía se arrima a tus entrañas,
premiándote angustias;
tiempo perdido en tu umbral.
Aun no pisas suelo y el silencio fatiga
hasta desesperar tus manos
a la labor diaria.
Tu expectativa ha aprendido a ostentarse
de la desesperanza
que ha hecho usuaria.
Otra fecha más, otras horas más,
otro bostezar,
otro despertar y mediodía.
Otro amanecer, otra tarde,
otra siesta,
otra víspera y tedioso día.
Daniel Badillo