¡ No!, no llores ahora que el sol cruje en mis costillas;
él desciende la vertiente crepitando
y se ahoga en el rescoldo de tu cuerpo.
¿En dónde estabas cuando la pena desfloraba el silencio;
cuando el viento musitaba con calcetines de lana?
Entonces oteé y estabas ahí amarrado a nuestras raíces divinas.
Duermes con el corazón en mi pecho y estas arriba a la luz de mi vela,
respiras vida en cada rincón que recorres,
no hay temor cuando la mente, el corazón y el espiritu guían,
¡Ven! circunnaveguemos el universo hasta la cima del Sinaí;
ahí en Sión se encuentran mis ojos;...mi casa.
Empapadas quedan mis enaguas en tu fuente de mirto,
las lágrimas se diluyen en la ola bravía que rompe las paredes;
...envuelve,
...engulle todo en armonia y con bondad.
Merche DemBar
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