Te veo detrás del cristal;
Y extiendo mis manos para tocarte:
Recorro la superficie fría y lisa.
Y escucho tu respiración, leve, del otro lado.
Estás ahí y, por ahora, eso basta.
Te veo detrás del cristal,
Y tu presencia me tranquiliza.
Dormiré tranquilo hoy,
Sabiendo que mis ojos pueden tocar los tuyos.
Sabiendo que mi mente sabe que tú existes.
Por ahora eso es suficiente. Por ahora.