Estaba en el suelo
por una caída
y sentí el consuelo
de una mano amiga.
Ella siempre me levanta
de forma discreta,
y me da esperanzas
para seguir mis metas.
¡Qué bueno es tener
una mano amiga,
que me ayude a entender,
cosas de la vida!
Alejandro J. Díaz Valero