carminha nieves

EL TELEFONO DEL CIELO, LO SABES?

                                                      

 

Si el Cielo tuviera teléfono oh internet, entraría en contacto con Dios. En este mundo tan grande en medio de tantos millones de seres humanos, quizá ni sepa que existo.

Quería que me ayudara, me siento sola insignificante de manos atadas, sin saber ni tener a nadie que me explique las cosas, que me caen encima y  no consigo entenderlas.

Impunidad para quien  el sudor de una vida de trabajo  no  respectan, que mienten y engañan a personas honestas, sin castigo.

Busco  sin descanso  como puede  pasar tanta cosa  y no haber alguien o una identidad que reponga justicia.

Criticamos y lo debemos hacer a quien mata. En este momento quería ser  un rayo, un terremoto y acabar con vendedores de promesas falsas, terminar con la arrogancia y mentira que  timan a las personas.

Si busco un abogado, gasto dinero  y cojo moho esperando por la justicia, nunca en mi vida me sentí tan inútil y desamparada, como ahora. Impotente, sola, como D. Quijote  guerreando contra molinos de viento. La diferencia es que los que  burlan están en sus despachos, como pavos, mirando a los que con buena fe han puesto sus ahorros en sus manos.

Pienso, si tuviera que vivir con lo que no me dan siendo mío, tendría que vivir de limosnas, oh en un portal cualquiera de la caridad de algunos. Esto pasa es realidad, lo siento en mi piel. En el tiempo que dicen era fascismo, por lo menos había a donde ir quejarme, Hoy  andando  por pasillos,  de  grandes edificios, nadie sabe nada.  nunca son los que debo buscar. Mi desesperación está al límite, ya ultrapasa todo, en materia de identidades financieras.

Si quedo sin lo que es mío, mejor sería que un incendio quemara todas las instituciones, que prometen y nada dan,    y así terminaban,  papeles, contratos y disgustos.

Perdida por uno perdida por cien.  Solo oigo que los gobernantes roban ¿y los otros? ¿No?

Tú que estás leyendo, pensaras, que soy una ingenua y me he dejado llevar en el cuento del vicario. No es verdad, quien hizo el contracto  ya  hizo diez   años   era un hombre  serio culto dueño de una de las mayores  cincuenta empresas que existían en este País. Si fuera vivo, seguro que no le harían nada de lo que pasa, pues  mucho dinero daba a ganar. Yo soy una simple viuda, con poco tiempo para disfrutar lo que me falta para arrastrar los pies por mi camino. Triste, ser solo, triste  el olvido, triste  el no ser nada ni tener familia que ayude.

Quien me quiere ayudar no lo puede hacer, solo intentar que mi tristeza no sea  mi  infelicidad.

Si alguien sabe cómo entrar en contacto con el cielo que me lo diga.

Oporto ,11 de Enero de 2013

Carminha Nieves