Fernandotorres

LOCA

De cuando estuve loca

me queda la manía

de consolar al vencido

que no hace caso,

se encierra en su concha,

y aún me increpa

por qué me meto,

de dónde salgo.

Y la dicha de valerme con poco

viendo pasar el tiempo

en alas de un lento balandro.


De cuando estuve loca

me quedan amigos

que miran sin querer

o con ardientes ojos,

rumiando saetas

en mitad de un pasillo,

en mitad de la gente.

No tranquilos, sedados.


Mis manos son un cuenco de semillas.

Si acaso el camino me pierde

seguiré camino por mí plantado.

Quien desee encontrarme

deje la cordura

tras el fresco olor de mi trigo.


Quedan recuerdos en forma de pera,

premios tristes de consolación,

lluvia de arena bajo la cama,

un rigodón de batas blancas.

De cuando estuve loca.

En la boca agria sensación

de no saber a donde pertenezco,

si al sueño de la razón

si a la razón de los sueños.