Deme, veneno de su boca,
Morena dulce y hermosa,
Que quiero morir besando,
Esa boquita dulce, de rosa.
Deme, veneno de sus besos,
Para morir en el cielo,
Gritando cuanto la quiero,
Y estar en sus brazos preso.
Es usted dulce flor, mía
La fragancia, de mi alma,
La que me lleva a la calma,
Sin maldad, ni picardía.
Es usted, bella doncella,
Que reina en mi corazón,
Siempre bailando de amor,
Brillando más que una estrella.
Es usted señora mía,
Mi tristeza, mi alegría,
a mi alma tiene herida,
La que domina mi vida,
En sueños y fantasías.
Autor, Joaquín Méndez.
©14/01/2013 14:48:31©