Sobreviviente de mil luchas
liberada de mil karmas
seca aún, como clima de desierto
pero ávida, como buscadora de agua
limpio la sangre seca de las heridas
doy un último vistazo
a las cicatrices de batallas
sigo una voz divina
que me invita a vestir
nuevamente de esperanza.
Dejo abandonados los andrajos
continúo de cara al sol ya despojada
de todas mis miserias y grilletes
la vida espera paciente y compasiva
y en el horizonte como tierra prometida
resplandecen nuevos valles.
Un viento fresco me acaricia el rostro
y en el cielo despejado de tormentas
un ave libre sobrevuela
dibujando un rastro
para guiar mis pasos