Hacia tiempo que no te visito, que he dejado la pluma, los cuadernos, los cuentos y las historias para otro momento, que me duermo temprano y que temo a la noche y a los secretos que guarda,
recuerdas que en un tiempo nos veíamos mas en obscuros y sepias, que la cobija era tu espalda y tus oidos el lienzo en el que yo pintaba.