Murialdo Chicaiza

Ángel de mi corazón.

Vivo de la magia de tus manos,

manos con alas, tan suaves.

Mi cuerpo ha sido su territorio,

manos hermanas:

Lirios de sangre.

 

Y tu piel que se me pierde,

pero que perdura.

No podrá haber otro amor

Que sea tan ángel,

tan piel y caricia.

 

No podrá haber

tantos instantes eternos

como los que pasaremos juntos.

Tus manos, amada

son manos hermanas:

Lirios de sangre.