jJAIME

MI LUNA DE SEDA

Le voy a escribir a la Luna

unas letritas de amor,

con tinta hecha de rimas

y plumas del corazón.

 

Y es que, una noche moruna,

de esas  que sacian las musas

en una playa vacía,

mis pasos fraguaban arenas

cuando las olas venían

y aguaban mis huellas.

 

Su cara de plata lucía

a los pies de aquella alcazaba;

la sombra de las palmeras

dejaban su estampa marcada

en los muros sarracenos

de aquella noche de Málaga.

 

Un muecín de altos vuelos

con voz de trueno llamaba…,

que la luna enamorada

estaba pidiéndome  besos

cada noche que se escapa

con una rosa prendida

al filo de mi solapa.

 

Dulce luna inmaculada

con alas de seda,

cual mariposa escarchada

con senos de nata

y piel teñida en canela…;

ruborizaré tu cara

mirando a tus ojos

y deshojando las alas

que cubren tu cuerpo

y ocultan nostalgias

tras los rayos misteriosos

de un sol que se apaga.

 

Beberé de tus senos

la miel que te disfraza

y acariciaré con mis dedos

tu piel bajo las sedas que  tapan

el tibio vergel que ansío

cada noche en la distancia.

 

Y con mis labios

susurraré a tus oídos

la pasión de sexo vertido

de oro y de plata,

al dulce gemido

que tus labios de nácar

derriten olvidos

en mis sábanas blancas…,

donde tú, mi luna de magia

entre mis brazos, me abrazas.

 

¡Oh!  tú,  luna errante

por los cielos que pasas,

pon tus labios en mí,

lucero del alba,

pues soy ese amante

enamorado de ti,

cada noche que amas.

 

Te aferras a mis piernas

al sinuoso compás

de un baile de estrellas

que de amor centellean

toda la mágica esfera;

tus labios  esperan

mis labios que besan

los espejos de agua

donde tu pasión se refleja.

 

Me enamoré de ti,

mariposa de luna

con alas de seda

y tu pasión convertí

en una rosa que vela

cada noche al jazmín,

cuando tus labios me besan.

 

¡Oh! tú, luna llena de gracia,

a veces con cara de pena

que avivas mi calma

y mi alma serenas,

la voz de mi pluma

amarrada a cadenas

quisiera rondarte

todas las primaveras

que son sueño y sangre

alterada en mis venas.

 

Dejarás de ser una mariposa con alas

entre paños de seda,

para enjuagar el amor

de mis lágrimas negras

que miran al sol

cuando en ti se refleja.