Y cuando más esperas,
más encuentras.
Entre las grandes calles,
de una soñada ciudad,
se hallaba un valle,
el olvidado y nada valorado,
rincón de la solidaridad.
Buscando ¡buscando!
entre las veredas de lo fortuito,
deambulando,
confiando en un vago instinto.
Encontré la parsimonia,
de una cabellera rubia,
que envenenaba al que la veía,
con la sagrada alegría.
Me detuve a pensar,
-nada me detiene-
y comence a caminar
-solo mis piernas me sostienen-
Me esfuerzo por encontrar,
una solución drástica,
mas la pude hallar
en una pared mágica.
Entre garabatos decía:
"Mi vida en volcan dormido,
esperando eyacular lava
hasta en el sitio mas recóndito".
Y me encontre un libro,
un mundo entre tanto desorden.
-ausculte entre siglos-
Mencionaba a los olvidados del aquel ayer.
Mas me enamore del más sutil
pero saltón y vivaz,
el más fragil
aquel que llena de alegria y paz.
Hallé entonces una meta
en aquel juglar,
entre fantasías, se levanto mi poeta
y empezó a amar.
Reconocio cada uno de los olvidados
intento sacarlos al fresco,
acrisolando lectores, ¡Quedando enamorados!
De lo más hermoso que en la tierra alguna vez habitó.
Pude así, solo entonces
considerar el no escapar de aquel libro,
recuperé mi fe
recuperé mi estilo.
Y pude ver.....lo invisible,
toque y hasta plasmé
entre mis dedos lo indescriptible
Sólo entonces, aquel día, Soñé......
/Y me acomedí a mi sueño/
......Cerrose mi inventario de plegarias....
Autor: Tantos recuerdos...