Hemos sido
dos lunas
en la boca
del lobo,
dos muertes
seguras
en la piel
de la duda.
Dos gotas
de lluvia
en un mar
sin retorno,
dos labios
cosidos
a la pasión
herida.
Dos aves
sin vuelo
con alas
suicidas
alzando
la voz
donde
el silencio
vibra,
canjeando
al amor
por un soplo
de vida,
queriendo
ser aire
que te respira.
Hemos sido
cascadas
de fuego
entre cortinas,
arañandonos
el cuerpo
entre orgasmos
de poesía
con el placer
intenso
de amarte
a escondidas.
Hemos sido
la hoguera
quemando
lo vivido,
sombras
del ayer,
con recuerdos
partidos,
arena
convertida
en polvo
cuando tus ojos
no miran,
risa
que se
desvanece
sobre la playa
blanca
de tu mundo
inerte.
No hemos
sido
valientes
no luchaste
por mi
y yo deje
de quererte.
Ana@ocaña