Palabras escritas, escarben,
por su ausente compañía,
esta tarde de domingo,
tan nublada y fría,
mis latidos, que se alarmen.
Su andar muestra los donaires,
sus acciones, la sabiduría del Gingo,
flor costeña, aroma buenos aires,
unos pensamientos para ella,
que vienen de su origen.
¿Me acompañas en la soledad
de la morada vespertina?
El sol alumbra en su mocedad,
su reflejo, por doble esquina.
Fina blancura de la garza,
da color a línea del pecho,
tibio nido, la tela engarza,
la pulsante ola, latido hecho.
Escurre la madeja solar,
tan extendida, por los hombros,
se vuelve verano, lo polar,
mirada, se llena de asombros.
Piel diamantina de rocío,
mejilla, amanecer se posa,
ojos, avenida de un río,
boca, donde nace una rosa.
Extraviado, ante la sonrisa,
lo cálido de su semblante,
como una gota se desliza,
en mi, cascada tan distante.
EL POETA DEL AMOR. 13-01-13.
CABO SAN LUCAS, BCS. MÉXICO.