Cogiditos de la mano.
Me fijé en ti paseando, tú, ni una mirada perdiste, y quedé rendido y triste mientras paseábamos despacio, sin cogernos de la mano, tú mirabas los rosales que estaban preciosos en mayo, yo te seguía de cerca acunándote en tus pasos, el sol, dejaba caer tu sombra formando un pequeño ocaso y te observaba nervioso deseando que escucharas, que por dentro estaba llorando.
El paseo fue el principio de un sendero caminado, hubo días oscuros aunque el sol siguió brillando, cada día te buscaba en aquél paseo blanco, cada día te esperaba junto a aquella rosaleda, cada día te ansiaba aunque para ti yo no existiera.
El tiempo fue pasando y las flores marchitando, la tierra a las flores espera y yo, deseo que vuelva una nueva primavera, quiero encontrarte de nuevo con pasitos de silencio, esperar que tus ojos viertan en mí una pizca de atención, y que las flores de mayo acompañen mi pasión.
Sólo le pido al tiempo, al sol que nos calentó, a los recuerdos de antaño y a las flores de mayo, que me regales una sonrisa, que me acojas en tu brisa y dejes, que a tu lado pasee mientras el sol nos protege, que no sea el tiempo en vano y con pasitos cortos, cogiditos de la mano, recorramos el paseo que testigo mira cercano, mientras caminamos juntos en mayo, cogiditos de la mano…
Autor.- Rafael Rivas.
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