Te vas como si la nada te siguiera,
ignorando los destinos que te aguardan.
Asechando mansedumbres se te escapan
los años más hermosos de la vida.
Estás distante, como si el tiempo
te llevara ignorando tu camino.
Se va apagando entre la niebla tu figura
y allá estás, casi una nada entre la nada.
Ahora queda de ti sólo un recuerdo
de añoranzas postreras en el ocaso.
La ilusión perdida se me entrecruza
y los años ya se desvanecen en mi vida.
CARLOS A. BADARACCO
16/1/13
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