Se quedaron las rimas para escribirle a su nombre,
silencios y murmullos en confusión de emociones
que me llenan la vida, ceñida a brazos horcones
sin el ruego de besos y con caricias me alfombre.
Sintiendo su presencia sin que mi voz lo renombre,
en un baile entre lienzos de trémulas sensaciones,
descifrando las letras que regalan las canciones,
en las noches de sueños sin que su rostro me asombre.
Se quedaron las rimas en la verdad que no esconde
que me robé su nombre -luce y en mi pecho yace-
y disfruto del tiempo sin que la pena amenace.
El sol brilla en las noches y la luna me responde
que tiemblo como estrella cuando este sol me complace,
que el querer no se impuso porque el amor en mí nace.