A mi tacita de peltre
ya no le cabe una astilla,
era de color celeste
y ya se ha puesto amarilla.
Tengo roto el pantalón
pero el bolsillo está nuevo
nunca tuve la ocasión
de meterle algún dinero.
Tú que me pediste un beso
y yo que te di unos mil,
si con eso te molesto
no me vuelvas a pedir.
Ayer dormí sin cenar
y hoy sigo sin desayuno
no sé si para almorzar
me espera el mismo infortunio.
Un abuelo sin dinero;
mi padre sigue igual,
por eso con mucho esmero
lo tengo yo que buscar.
Ayer me comí una arepa
con frijol y chicharrón,
y hoy el doctor me receta
por mi gran indigestión.
Yo no estoy actualizado
en este mundo moderno,
teléfono con discado
y mi TV en blanco y negro.
Se me perdió la escudilla
tan bonita y tan sopera,
la tenía en la mochila
de mi vieja colgadera.
Ahora compraré un plato
pues no tengo la escudilla,
y esos no son tan baratos
aunque estén en baratijas.
Me retiro compañeros
volveré dentro de un rato
caminando con esmero
si me duran mis zapatos.
Y me olvidaba decirles
si no es mucha la molestia:
vayan espantando el tigre
si es que ven cuando me asecha.
Me voy pero pronto vuelvo
el camino no se olvida,
solo les digo hasta luego...
y hasta luego no es despedida.
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