Amor es una enfermedad, varios síntomas, alertan que tenemos que prevenirnos.
Uno es ver solo perfección, otro querer estar siempre a su lado. Soñar hacer proyectos, desconectar de la realidad, sentir celos por todo y por nada.
Pasar las horas esperando volver a estar junto. Comparar y todos son mucho peor que él. Una dependencia enferma, un no sentirse bien con nadie, cegar sin estar ciego, rechazar todo lo que no sea solo bien para el.
Amor es dar la vida por alguien, no muriendo pero entregando el vivir a su capricho. Amor no huele, no habla, no pide licencia, entra en nuestro corazón, sin más. Amor es desilusión, frenesí sin control, arrepentimiento, dolor del alma, tristeza, es un dar sin recibir, es un no tener nada en el nada que queda cuando termina.
Al contrario de lo que dicen, se puede amar mil veces, de mil maneras, al final todos son pedazos de nuestra vida. Ninguno es eterno. Ni vuelve cuando se va.
Sea cual sea el tipo de amor, nunca se tiene compensación. Una magua, una herida que deja marca, al final nuestro corazón solo es un montón de cicatrices.
Tercamente, no aprendemos, volvemos a amar y así se pasa la vida, dando sin recibir. Todo perdonamos porque en realidad mientras dura somos felices. Como contracturas en nuestro sentir, se quitan y otras vienen.
El otro lado de la medalla, sin el sin ilusión, deseo, sueños y felicidad, no pasamos de un bloque de hielo, navegando en un mar sin agua. Elegir es lo que podemos oh debíamos poder hacer, no ser hielo, ni cuna de él.
Tendríamos que bailar llorando la valsa de la vida, romper el suelo de tantos pasos, pero quedar con los pies sanos.
En la penumbra del atardecer, de la vida, en un hospital en coma, sedado, pregunto ¿“el pensamiento también lo está? “quizá no, quizá las añoranzas de momentos felices con amor acompañe el sueño profundo de su cuerpo.
¡Complicada la vida! ¿Verdad? Quien somos, lo que somos, como somos, es una incógnita, cada uno a su manera, ama, sufre, pero todos tienen amores, desilusiones, arrepentimiento y distintos somos iguales en el no poder callar el corazón.
Por mi lo quiero hablando siempre, aunque solo diga mentiras piadosas cuando pienso en mi vida.
Que nunca es fríe mi manera de sentir, que mismo llamándome loca, sienta amor, que sea amada, que entre lágrimas y sonrisas, piense que mañana será mejor y que tendré otro corazón que me ame a su manera.
Seamos, abiertos, cojamos lo bueno que la vida contiene, si sufrimos por amar, algo nos hará felices por momentos.
Somos invierno, gris, blanco helado, lleno de nieve, vientos de dolor, tormenta en la noche, somos lluvia, pero somos el hoy e tendremos el mañana y nuevas primaveras.
Oporto, 15 de Enero de 2013
Carminha Nieves