Ese soy,
esa estrella lejana,
que alumbra
más por la mañana...
Al paso del día,
me voy apagado,
perdiéndome para siempre...
Llamo la atención
en ese instante único,
pero cuando aclara,
ya no existo,
y si estuve o estoy
no tiene relevancia...
Cuando bajo los brazos
y el abatimiento me envuelve,
sucede el milagro
de un nuevo amanecer...