FERNANDO CARDONA

NO ME CORTE, SEÑOR

 

NO ME CORTE, SEÑOR

No me corte, señor,

Baje su hacha,

No, lo haga, por favor,

Se lo suplico,

Hágase un buen favor,

Salve su raza,

Mire a su alrededor,

Somos poquitos.

Cada árbol cortado

Es menos agua,

Es menos aire puro,

Es menos vida,

Más contaminación,

Más inseguro

El suelo erosionado

Día tras día.

 

Cada golpe de hacha

Sobre un árbol

Es un paso de más

Hacia el desierto,

Es aumentar la sed

De los sedientos,

Incrementar el hambre

A los hambrientos.

 

No me corte, señor,

Observe el valle,

El río cada vez baja más seco,

Ya pocas aguas

De los cerros caen

Y mucha escoria

Arrojan a su lecho.

Aunque usted no lo sepa,

Buen amigo,

Que a asesinarme

Viene tan dispuesto,

Por cada árbol

Que cayó abatido,

Murieron muchos

Centenares de aves,

Y el bosque mismo

Va quedando muerto.

 

No me mate, señor,

Y no se mate,

Sienta el calor del sol

Como se abate

Con furia cada vez

Más destructora

Sobre el nevado

Que se achica y es

Apenas ya una lágrima

De dioses,

Que hoy nos dice

En silencio sus adioses,

Para ser peñón íngrimo después.

 

No me corte, señor,

Baje su hacha,

Mire que soy

La vida de su raza,

Mire que el árbol

Le regala el agua,

Le ofrece el aire,

LE brindo una  CUNA,

Le enciende hogar

Y  LE prodiga casa.

 

Los árboles son

Junto con el hombre,

Actores silenciosos

De la historia.

Los carretones

Que llevaron todo

A todas partes

Entre horror y glorias,

De árboles fueron hechos,

 

Los barcos que surcaron

La mar brava,

De norte a sur,

De oriente hacia occidente,

Llevando a los vikingos

Y a Colón

Y a Ponce de León

Tras de su fuente

De eterna juventud

Y de riquezas,

De árboles fueron hechos.

 

El árbol se hace historia

En el papel

Y en el papel

El hombre hace su historia,

Entonces, hombre,

No borres tu gloria

Matando al árbol

Que te da la vida,

Mejor siembra mas árboles

Y ahora,

Enfila tu valor y tu tesón

A  conquistar

el  agua y el  oxigeno

En el reverdecer de nuevas floras.