EN TIERRA EXTRAÑA...
Por valles y collados dejé, y mi alma
buscaba a mi amado, y no lo hallaba.
Lloraba mi alma, de angustia por él,
y clamaba para que la noche volviera a mí.
Gritaba y desgarraba mi alma y fui tras de él,
los valles cayeron y los collados se cerraron,
y mi camino estorbaron.
Agonizaba mi alma, en medio de la noche,
y me abandoné y desmayé en espíritu,
buscaba al que sana las almas,
y redención buscaba, en él amado mío.
Bajé por caminos no conocidos,
por veredas jamás andadas, y llegué y sentí
pasos tras de mí, me volví y nada había,
rasgué mi alma, y clamando perdón lloré,
y en alas del viento viajé a las alturas,
caí como desmayada, y llanto ya no había.
Había una suave brisa, qué me envolvió,
y me llenó de paz, y sentí su gracia abrazándome,
no me podía mover, era el gozo, el que me sustentaba.
Llamé, para qué me abrieran, había una tenue luz,
pero no salió nadie, estaba en tierra extraña...
Los ríos, se escuchaban lejos…. Muy lejos,
la luna se había ocultado, y sólo había una silueta,
era mi cuerpo, inerte, y desplazado en el suelo,
pero ya no había dolor, ni tristeza, ni ansiedad,
y allí, callada, sentí la fuerza de su Espíritu dentro de mí,
tomándome, levantándome y sanándome,
y encontré la paz, qué tanto había anhelado,
y dejándome sentir el fuego de su amor,
Su paz, y su perdón.
Dios siempre es fiel, te ama y te perdona!!
Siente Cómo Su Misericordia, Vale Más Que La Vida!!
Jehová se manifestó a mí hace ya mucho tiempo, diciendo: Con amor eterno te he amado; por tanto, te prolongué mi misericordia. vienen días, dice Jehová, en los cuales haré nuevo pacto con la ... Jeremías 32\'3
Alicia Pérez Hernández
No es la pluma la que escribe, es el alma
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