NACÍ entre pencas de chumbos rojos.
Jugué en la noche con alacranes y ciempiés.
Aprendiendo a hacer de las espinas una costumbre,
una forma más, como otra, de vivir.
CRECÍ entre rugidos y arañazos de fieras.
Rescatando gozos de entre las zarpas.
Alimentando el alma con quimeras.
SOBREVIVÍ escondida en un zarzal,
donde hiero a todo el que se acerca.
MORIR,puede que junto a una acacia de tres espinas.