Tambaleándose en el tiempo
se desnudo tu retrato,
amarillo por los años,
silencioso por tu ausencia,
como si fuera esa imagen
un ritual casi perfecto,
camine por el recuerdo
de los días casi lejos
en que juntas nos sentamos
a saborear el café.
Hoy te miro y casi olvido,
lo que veo en tu imagen,
ese rostro tan amado
que se pierde en el tiempo.
Con ganas de verte y besarte,
mi abuela que ya no estas,
siento que saltas al viento,
desde la pared do cuelga
el retrato que aun conservo
como único testigo,
las lágrimas me sacuden
cuando recuerdo tu cara
que ahora solo es efigie
en un retrato guardada.