Alexander Chinaski
El hombre del traje gris
Llego, y me siento
Al fondo del público,
Oculto tras las sombras
Soy el hombre gris que emerge,
Son sus llantos lo que rompen
Este silencio sonoro,
Del que soy padre e hijo,
Maestro y aprendiz.
Nací allí, donde exactamente
La luz del mediodía regala sus excedentes
Entre las gentes del pantano;
Fui herencia de letras,
Pincel de los cinceles,
Que el tiempo y el hombre talla
Con orgullo entre susurros.
Fluyo, creando surcos de tinta en papel
Mas allá, donde el alma y el ser
Tienden a converger,
Como un río, un torrente,
Que antes de desaparecer,
Tiene que estallar.
Así es como caí a los brazos de la poesía,
Cuando poseído de ausencia
Buscando un amanecer,
Me encontré, con las carencias de una hoja
Y ellas me supieron abrazar;
Y en este punto me encuentro
Vertiendo las últimas gotas de sangre
Y de sudor de un ser,
Artífice y partícipe de este renacer.