Soy incapaz de concebir
un mundo sin ti.
Se lo confesé de repente.
Es cuestión de imaginación,
repuso ella, suspicaz,
como cada tarde en el puente.
Era mi sitio favorito,
donde siempre acudía
cuando tenía horas atrasadas
en el reloj de los amores.
Mi vida no está hecha
a medida para tu ausencia,
sería estúpido intentarlo.
Sé que fallaría algo.
¿Qué te hace pensar
que yo soy más importante
que el resto de cosas
de las que disfrutas?
Soy capaz de imaginar
todos los infiernos de la vida,
pero no de vivir a solas.
La soledad es uno
de esos infiernos
de los que alardeas.
Y ahí es cuando
me doy cuenta
de que es imposible
concebir una vida sin ti.
Y la esperanza sonrió,
como si aquella fuera
la respuesta que esperaba.
J.M. GARCÍA
Todos los derechos reservados
www.josephmercier.es