Navega una barca, muy lenta, desde la otra orilla,
a los remos van las manos blancas de mi amada,
canta contento y alegre su corazón de enamorada,
sabe que mi amor, la espera allí, para adorarla.
II
Miro la luna embelesado en sus reflejos,
esperando ver, sus lindos ojos color café
por comerme su boca de amor, moriré.
pues ya saboreo sus besos, desde lejos.
III
Las olas traen su esencia, espuma blanca,
con matices de luz aromas y de colores,
yo desvarió loco, adicto a sus amores,
por comerme sus carnes, dulces de nata.
IV
En este lado impaciente espero su llegada,
para abrazar su cuerpo, bello flor de lirio,
acariciar sus mejillas y besarla con delirio,
y se acabe ya, este dolor, que nunca acaba.
V
Navega una barca, muy lenta, desde la otra orilla,
a los remos van las manos blancas de mi amada,
canta, contento y alegre su corazón de enamorada,
pero el mar rompió nuestra ilusión, al atraparla.
VI
Y me quedo esperando en esta orilla,
con el corazón sangrando de dolor,
y reniego del mar y de esa barca,
que a mi amada del alma, me arrancó.
VII
Ya no miro los mares ni los ríos,
ni miro a la luna en noches claras,
sólo quiero que el mar me atrape a mí,
para reunirme esta noche con mi amada.
Autor, Joaquín Méndez.
Reservados todos los derechos.
18/01/2013 12:57:32.