"Todo pasa pues de algún modo,/ la vida es historia aún no contada./ Felices vivimos a punto de todo/ o tristemente a punto de nada"
Hay días en los que me siento diferente,
días en los que ni escribir me provoca,
cuando ya otras ideas rondan mi mente
y la inspiración para escribir es poca.
Días en los que sintiéndome otro despierto
pensando que no era el mismo ni dormido
y no me importa si hay un espacio abierto
para meditar acerca del amor y el olvido.
Días en los que ni mi sombra parece seguirme,
tal vez por no hallar la luz que me alumbra,
cuando tan sólo Dios se atreve a bendecirme
por ver que estoy en la más triste penumbra.
Hay días en los que Álvaro Márquez no soy
y me siento otro fulano de tal cualquiera...
Cuando voy a todos los lugares a donde voy
y pienso que a nadie le importaría si no fuera.
Días en los que sopla el viento y no pregunto
si está anunciando para mi vida tempestades,
cuando en mis poemas busco al final el punto
para no analizar si he dicho mentiras o verdades.
Días en los cuales me siento y no me siento,
tengo y a la vez no tengo en lo absoluto esencia,
cuando a veces bajar tanto mi perfil intento
y juego a que se haga infinita mi ausencia.
Hay días en los que no quiero respuestas
y por lo tanto tampoco preguntas me hago,
cuando ya no me agradan letras como éstas
y me molesto y todo lo borro, lo deshago.
Días en los que aquéllos que están ausentes
parecen estar muy presentes quizá para mí
y sean tal vez ésos que no están presentes
los que me roban lo que siento que perdí.
Pero no es una pérdida perenne, vuelvo a ser
y cual ave fénix me levanto de entre las cenizas,
cuando entiendo que hay días como el de ayer
que puede dejarme en sombras, sin sonrisas.
Vuelvo a soñar, a creer, a sentir, a escribir
y regresa la sensación de que nada cambió...
cuando sin explicarme cómo, logro percibir
que hasta cuando creí que era otro... era yo.