Cuando tenga a la tierra
abrazando mi cuerpo,
y mi mente vacía
de malos concejos,
o buenas miradas
de mis ojos secos.
Tomarán mis dichos
para clavarlos al resto
de cristianoss santos
de altares pequeños,
e inunden conciencias
con mis malos recuerdos.
Para lucirse siempre
como brillantes luceros.
Solo seré una luz,
que alumbre a los ciegos,
y los de vista clara
no veran reflejos.
Apaga tu ego,
que el mío ya es
nube de recuerdos.