Se fue la tarde, Cayo el ocaso
Y junto a ello
un preludio de noche me ilumina...
el cielo se ve tan disperso
Y dentro de este... Yo puedo ver mi alma
Regada en nubes.
Grises, bien grises/
Casi oscuras,
En un fondo tenido
De azul negro
Muere la tarde,
Y al morirse ella
Algo se muere en mi...
Es la alegria y nace la nostalgia
Con su tristeza rara
La noche y su silencio
Me traen recuerdos,
Memorias que se ahogan
En una lagrima.
Saborear la amargura
Partida en labios,
El desden de la dicha
Que se ve a ratos,
Y en linea recta marcha hacia el poniente
Las curvas que dibujan mi sonrisa.
Se va por mis oidos
El ruido que me anima,
Y Hasta mi solitaria compania
Sin despedirse
y aun sin darme un beso
Se marcha de mi lado
Y deja en sombras
Mi muerte adolorida
Y ni me nombra.
Y es tanta la tristeza que trae esta noche
Que algo en mis retinas
Me impide ver estrellas
En el cielo
Que adornen los senderos
De luz bella...
Sera que la perfida companera,
La eterna y fiel amante de mis penas
Me cubrio mis pupilas con su velo
Para cegar mi amor y mi esperanza,
Pues ni al cerrar mis ojos veo estrellas,
Ni aun queriendo yo... Imaginarlas.
La noche es larga y largo mi martirio,
Morire con el sueno si el me deja...
Y al despertar mis ojos de este invierno
Vere la primavera y el sol que llega
Con luz, con su alegria y musica loca.
E invitare la vida a ese concierto
Y Ella me vera retecontento
En dulce compania y sonriendo
Con risas, muchas risas... tantas risas
Convertidas en mueca
aqui en mi boca.