Déjame romper tu silencio con mi canto
penetrando hasta lo oculto de tus huesos,
déjame contemplarte así, en silencio,
besarte en cada gesto de tu vida.
Déjame amarte hasta la muerte,
tenerte para mi hasta en mis sueños,
como único culpable inocente,
de ser mi cárcel, mi amor, mi dueño.
Déjame abrazarte hasta que el tiempo,
deje morir mis brazos ya cansados,
llenarme de tu voz y de tu aliento,
como nadie de ti se haya llenado.
Déjame ayudarte en tu cansancio,
devolverte las fuerzas que has gastado,
mi vida regalarte para siempre,
porque nada por ti es demasiado.
Déjame por favor que con un beso,
te entregue la magia de este amor,
este idilio que me atrapa sutilmente
que me envuelve hasta llenarme de tu olor.