MARTHA ALBÁN

EMBRUJO

 

Bastó una mirada tuya para sentirme hechizada,

Mirando el azul del cielo reflejado es tus ojos,

Fue suficiente para quedarme embelesada.

Aun sin  escuchar tú voz  fui sintiendo la ilusión,

De ser una mujer amada y deseada por tu amor.

Tu mirar me perturba y me enloquece tanto,

Que hace volar a mi alma alto muy alto,

Tan alto como la inmensidad de mí soñar.

 

Tanto que a veces deseo fervientemente,

Amanecer entre tus brazos, y sintiendo

Cada latido de tu corazón, y probando

El néctar de tus labios  endulzar los míos.

Recuerdo aquel día en que te encontré,

Tan presente como si fuese ayer en que te miré,

Platicamos, sonreímos, nos miramos  sutilmente,

Nos tomamos de las manos y caminamos.

 

Susurrándome al oído me dijiste, que me amabas.

Me besaste con ternura acallando mis palabras

Desbordando con pasión devoradora

Infamando nuestros cuerpos extasiados

Explotando y ascendiendo hasta el cielo

Y en sublime efervescencia descendiendo

Permaneciendo quedamente extenuados

Saboreando de la miel de nuestro amor etéreo.