De niño solía mentirles,
a mis secuaces y compañeros.
Las mujeres mas lindas,
ojos muy azules
y el cabello negro.
Nadie debía saber
que dorados eran mis sueños.
No se veía muy bien
comulgar con los demás
en tan importante concepto.
Nunca apareció
el modelo pretendido.
Pasaron muchas mujeres,
pero la rúbia bonita
aún no ha aparecido.