Conozco cada exacto milímetro rojizo
de tu piel de frutilla,
esa rugosidad tan leve que mis yemas disfrutan.
Y más,
La curvatura pronunciada de tu espalda sedosa,
antagónica parte de vos,
que te hace única.
Cuando te recorro extasiado en amores
con las ojeras propias de una máxima noche
la vida me parece un jardín de magnolias,
un edén de poemas,
un manantial de joyas.
Mis ojos no amanecen
si vos no estás cercana,
mi manos se entumecen
si no logro tocarte.
Amor,
la vida tengo para una sola cosa:
Ser el hombre en tu vida
que con pasión te ame.