Parece que la vida es un chiste que no tiene gracia,
un sueño triste que se pierde en el horizonte;
es poco más que el funesto sino de un cuerpo
que a lo más que aspira es a abonar el suelo...
Y así, este espejo roto que contemplo desde crío,
refleja el espíritu de un esdevenir vacío
que fue calor,
luego luz,
después llanto;
siempre tristeza.
Fue, al fin, sueño
que fue pérdida,
desamparo.
Es ahora un surco frío
de salvadora muerte
y eterna oscuridad...
Y, aún así, pese a todo,
sigo mirando ese espejo,
y poco a poco,
yo, que nunca me quejo,
me visto de luto
y aprendo a ser viejo.