Me pesarán tus ojos
de aquí hasta la muerte.
La culpa ha sido mía:
yo no debí mirarlos.
Jorge Fernández Granados.
Azules como la esencia del mar
en todo su carácter misterioso,
veo que tiene color tu portentoso
anhelo de mis dolores mermar.
Libre al cielo entero su color
que de día presumen su talento,
más es cristalino cada momento
y resalta con la tarde en sopor.
Tan profundos ambos como abismos,
más lo son cuando tus párpados cierran,
mientras batientes sus olas se aferran
y se abren empapándose a sí mismos.
Lloras, pareciera la hora de un deshielo
muerte sólida, de azulado encanto,
si muero, dame el color de tu llanto
para sentir que me he ido al azul cielo.