Mi tía Guillermina
tiene una gallina
que corre y cloquea
como Dorotea.
Pero Dorotea
aunque oiga y vea
no se cree gallina
como cree Guillermina.
Pero la gallina
aunque nadie crea
no se cree Dorotea
sino Guillermina.
Dorotea y Guillermina
no se han percatado
que hay alguién al lado
que se cree gallina.
Y de modo raro
en el corral de la vecina,
mira un viejo gallo
sus cuatro gallinas.
Alejandro J. Díaz Valero