Oh mi dulzaina dulcinea
ya te amaba antes
que mis ojos te vieran
antes de pensarte
Antes de soñarte
durmiendo estabas en mí
hasta que me desperté
Mis ojos se agrandarón, perplejos
y de un brinco
el corazón fue acelerando...
Desde tu testa
hasta tus manos
Desde tus hombros
hasta tu pupo
y de éste haciendo cambios
hasta tus pies
Con tal hedonismo
que un suspiro
fue el comienzo de tantos otros;
en versos de te amo
y la falta de tus labios.