Auto relato
No tenía trabajo, no tenía
sino ganas de reír, pero lloraba,
sentía que la vida se escapaba
como el sol de sus manos cada día.
Y amable, pese a todo, sonreía,
veía correr gente y saludaba,
a aquella gris anciana la ayudaba ,
la luna, esa soy yo, ella le decía.
Golpeando puertas mil, se proponía
un tiempo para amar mientras ahorraba,
un tiempo de luchar en compañía.
Y así el amor llegó, no puso traba,
pero ella se marchó y, en su agonía,
cesante él cada cosa aquí anotaba.
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13 01 13