1- UNA LUNA PERFUMADA
Años tuyos
han florecido sin mi permanencia.
Tendría que haber sentido tu crecimiento
a la altura de los racimos
antes que el sol madurara
el color en tus pequeños cerezos/
En un colgajo de uvas llegabas
a mis manos de suave piedra enmaderada,
hubieras instalado tus bodegas,
cantando en tu voz un río rojo
con las liras sonoras en mis arterias de conciencia/
El viento de otra época
galopó leguas al cielo de tu infancia,
pero hoy, llegó el fresco ciruelo enramado,
dejándonos color de moras campestres.
Recogimos el hilo que mide la distancia y
armamos un cuadrado ovillo de variadas estaciones
con las manos del pan recién nacido amamantado
y una luna perfumada
rociando nuestro amor de fragancia/
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2- !PERDÓN!
La cruz fue blandida en pos del Espíritu Concebido.
Inició la feroz batalla con injusta desigualdad.
Al ignorante, mudo, al pensador y el decrépito.
De elogio, la mujer recibió flagelo.
Pensar fue su culpa. Hablar su No Derecho.
La belleza se ocultó a la sombra de un velo, y
el fémino encanto genuino, fue deshecho.
En decreto plagiado se mutó la palabra. En fundamento,
vocablos repetidos: prisión, culpa, castigo
de lenguas opresas y mudas por el tormento.
Respondiendo en multitud de idiomas babélicos.
¡ Perdón por haber pecado, perdón ala Santa Inquisición¡
El cielo invocado comprimía ideas y razones,
en estrecho espacio de tiempo se arrugó el mar rugiente.
Santos, ostias y purgatorios clavaron punzones,
en el vientre del sol, que no salía al oriente.
Luego llegó el escudo blanco y rojo asesino.
Moros, infieles, ateos, negros al abrazo del martirio.
El Cristo quedó anclado en la tierra del olvido, y
la imagen de Santa Guerra se vistió por manos usureras.
Los muros saturados de rigor ortodoxo patético
vibraron al nombre de un Copérnico y un Galileo.
Leñadores, granjeros, guardianes de lana en buen Sacramento
encendieron la llama de aquel que habló en hebreo.
A que punto conduce la mísera unción en manos alquimistas,
artífices de la caza y la persecución.
¡ Dime, plagiado caballero ¡
¿ A que razón apunta tu rapaz constancia,
y que alma va en la punta de tu arpón ¿
Tienes jurisdicción, mas no Libre Albedrío.
¡ Rinde tu débil voluntad. Te ha vencido el corazón ¡
¡ Perdón, infelices del mundo, por el agravio del pasado ¡
En nombre de lo sagrado, la tierra fue un inframundo.
¡ PERDON ¡
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