loquilla

Toquemos el cielo.

 

 

Seguramente
 fuiste
 nube de mi cielo
 de cristal,
un clavel
 encendido
 que me empezó
 a quemar.

 


Mar mediterraneo
 que renace
 en mi despertar,
 casi tierra virgen
 que quieres pasear,
por el contorno
 aislado
 de mi soledad.

 


Seguramente tu
 transpases
 madrugadas
 hasta llegar
 al rincón
de mi memoria
 donde te esperan
 mis alas,

 


para volar,
para vivir,
para buscar
 la gloria
 del infierno
 donde en placer
 nos sostenemos.

 


Seguramente
 supe,
lo supe
desde siempre
que el terciopelo
 negro
 de tus ojos
seria mi suerte.

 


La cicatriz
 que deja
 tu recuerdo
 sobre mi piel
de rosa
 de los vientos,

 

 

la cura el aire
 de tus besos
al son del trino
 de frágiles
mandamientos.

 


Seguramente seas
 mi ultimo
 remero
 el que me presta
sus brazos
 para remar
en mis sueños,

 


ese azahar
 vespertino
 con olor
 a deseo,
mi príncipe
 de amor,
que me regala
versos.

Ana@ocaña