Bajo la luna menguante nuestras miradas
se paralizaron por momentos en tres segundos
donde la pluma rozo mi mente y se inclino
para besar esos labios que me llevaron ala excitación
donde no hubo palabras para escapar de aquel lugar
donde no hubo verso para calmar aquella ansiedad
que se desbordo como tinta de rosa en diario de niñas
las miradas fueron las precisas para marcar este amor
y las estrellas fueron nuestras prisioneras
para ser testigos de que no era otro sueño mas
que estaba viendo mi vida pasar como la escribí
cuando la primera vez me dije tu serás mi mitad
que guarde mi vida en sobres de la eterna verdad
pero nuestras miradas no se perderán jamás
van de la mano con nuestro eterno respirar
que los dueños de la soledad no pueden separar