Supo que no había victoria
porque la desolación era paisaje
infecto y la supervivencia detrito.
Nadie conocería su proeza,
las palabras resonaban angustiosas
entre la calma de la destrucción
y el soslayo de la muerte.
Hasta el último baluarte en el cielo
inclinó su pesada cabeza
desmoronándose sobre tierra,
el triunfo al fin.
Kabalcanty©2013