Negarme que te haya conocido
es simplemente
afirmar que no te quiero olvidar,
saber que te hayas ido
es consolarme sin haberme despedido de ti,
si junte mi deseo con tu sutil impaciencia
fue porque ansiaba una esperanza esquiva,
y se va mis ganas de buscarte
de reencontrarme con ese viejo dolor de perderte,
no puedo más que añorarte
de alejarme más de ti
y de tan sólo quererte a distancia,
conservando solamente tus recuerdos
para que en la más embriagada soledad
pueda yo curar las heridas
que en mi ingenuo corazón dejaste.