Cuánto goza el polen de un picaflor ingénito
regado en un jardín que lo cree muerto
como el marinero, amor en cada puerto
con los subterfugios en estilo congénito.
El picaflor común de asombroso ascenso
buscando grato néctar que vanidad nutre
sin medir la pena que a las flores desnutre.
Bellas, hoy marchitas, su mudanza en descenso.
Perdido el aroma de pétalos abiertos
demanda el arrullo de corolas cerradas
en jardín las divisa, que estén tristes sembradas
¿desea aura floral con furtivos injertos?
Han sido fabricados varios espantajos
no de palo y tela, de aguijones si invades.
Picaflor común, entre tantas variedades,
¡pasea el jardín, con agudos desparpajos!
En tu aleteo puedes quedar impedido,
seducido al néctar de dulces aguijones,
ardido y seguro preso con mil punzones
en la grama del parque quedarás tendido.