Oía tras la puerta que separa,
Mis penas de tu gran ostentación
Pensando: ¿Como es que, de la nada
-Después de mi pecado de omisión-
Hiciste de tu ego una cancion...
Aquella canción que, solo agrada
A quienes sueñan todo y tienen nada,
Aquellos que degradan mi persona?...
Y entiendo que, si pecas no razonas
Y usar la razón, es ser mas hombres...
Por eso yo digo...Mi pecado
Fue... ¡nunca haber dicho lo que ahora!
Y ahora que, en la pena se demora
La gran tentación de condenarte...
Tengo por seguro que en amarte
Persiste un vestigio de razón...
Esto es, convocar al corazón:
Allí donde incrementa este deseo
De ir mas allá de lo que veo...
¡Esa sublime cuna del perdón!